Iván Gómez: “Un 35 por ciento de la población sufre de hipertensión”

Los controles de la presión son recomendables después de los 35 años donde también se detectaron casos, pero en personas mayores de 70 años, la prevalencia de la enfermedad alcanza el 70 por ciento. “Más allá de que haya existido un episodio de estrés, la presión debería estar dentro de los parámetros normales, si hay un incremento, ya es una alarma que suena”, alertó el especialista Iván Gómez.

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En su visita al programa Saludarte de RADIO MÁXIMA, el cardiólogo Iván Gómez, manifestó que hay que estar atentos a la presión arterial, y remarcó la condición crónica de la enfermedad y del tratamiento. Si bien señaló que los cuidados deben ser permanentes, los pacientes “pueden llevar una vida normal”.

“La hipertensión es una enfermedad crónica muy prevalente, cercana al 35 por ciento de la población general en la Argentina y hay que diferenciarla por rangos etarios. A más juventud hay menor incidencia, pero en mayores de 70 años, se habla de una prevalencia del 70 por ciento, con importante nivel de mortalidad”, explicó Gómez.

Asimismo, resaltó la importancia de dar continuidad a los controles. “Se piensa que es un tratamiento que se puede hacer por un tiempo y que después lo va a suspender. Nosotros proponemos cambios en el estilo de vida y en la dieta. El control farmacológico no se suspende, queda como parte del tratamiento crónico.

El especialista señaló que no hay un número fijo para el control, sino que se habla de rangos. La normalidad es por debajo de los 140 y por debajo de los 90, también conocidos como alta y baja. En tanto que en los pacientes diabéticos se suele ser un poco más estricto, y se esperan valores entre 130 y 80.

Usualmente se detecta más hipertensión en varones, aunque normalmente hay incidencia si hay algún hipertenso en la familia. Recomendó que después de los 35 años es necesario controlarse la presión. “Más allá de que haya existido un episodio de estrés, la presión debería estar dentro de los parámetros normales. Si hay un incremento, ya es una alarma que suena y puede llegar a requerir tratamiento farmacológico o no”

Los niveles obtenidos se dividen en leve, moderado y grave para el cuerpo. Cuando está por encima de los 180 y 110, en personas menores de 65 años, se considera grave porque predispone a la presencia de ACV, infartos, insuficiencia cardíaca, entre otras patologías. “Es una enfermedad que termina afectando a otros órganos”, subrayó.